Etapas
de la mutación
Parto como base de las fotografías de algunas de mis pinturas
presentadas en la exposición " Explorers of Vertigo
" [2000 ]. Luego les aplico un tratamiento informático
para modificarlas hasta conseguir una serie de interacciones de
los píxeles, que estallan y brotan recoloreados y transfigurados
en nuevas identidades que nacen, sin embargo, de una misma matriz,
conservando su alma circular.
Un cuadro engendra infinitas mutaciones. Yo selecciono algunas
de éstas, adoptando como criterio el tiempo concedido a
la metamorfosis. Los paro y los fijo en imágenes, en momentos
determinados por el resultado peculiar del proceso de transformación
de colores y píxeles. Las metamorfosis mas extremas dejan
percibir extrañas formas de rostros ondulados que se codean
con el reflejo del espectador, llegando a veces a confundirse
curiosamente con él...
El tiempo es uno de los elementos esenciales para cerrar el círculo
materia / esencia, real / virtual en mi búsqueda de la
multiplicidad en la identidad, de diversas unidades resultantes
de un mismo origen.
Reflexión
sobre la identidad
El contacto con el ordenador, las redes, la web, plantea forzosamente
el interrogarse sobre la identidad.
Con los nuevos medios de comunicación, se desarrolla en
los individuos, la posibilidad de una identidad multiforme."Je
est mille" (Yo es mil).
El individuo no busca ya el reflejo único de su identidad.Con
los foros, los "chats", las direcciones e-mail, las
diferentes identidades de un mismo individuo se dispersan en la
red. Un sólo cuerpo, varios nombres, palabras vacías.
¿Acaso dan vida a los viejos fantasmas? Inventarse y adoptar
otras vidas; ocultos tras un teclado, una cámara, sin necesidad
alguna de un cuerpo. ¿Nos encontramos ante el umbral de
una nueva red social?
La identidad, dictada antes por la sociedad, es hoy un terreno
a construir por cada uno de nosotros. El binomio multiplicidad-unidad
se manifiesta más claramente que nunca.
«D’une
part, il s’agit du caractère de ce qui est identique,
c’est-à-dire d’êtres ou d’objets
parfaitement semblables tout en restant distincts; dans ce cas,
l’identité est donc le fait d’être semblable
à d’autres. D’autre part, elle est le caractère
de ce qui est unique et donc qui se distingue et se différencie
irréductiblement des autres. L’identité se
propose ainsi, au niveau même de sa définition, dans
le paradoxe d’être à la fois ce qui rend semblable
et différent, unique et pareil aux autres. Elle oscille
donc entre l’altérité radicale et la similarité
totale»
Edmond Marc LIPIANSKY,(1992), Identité & communication.
Paris, Presses Universitaires de France.